En su obra "La década rebelde", Sergio Pujol traza las principales coordenadas del proyecto pedagógico de la época, especialmente en sus concreciones locales argentinas. La “utopía de la infancia”, ligada a la idea de la "gente joven", cristalizó la rebeldía como el auténtico ethos de los años 60. En nuestro país, esto significó que en cada disciplina artística, la información (mediante ideas y obras extranjeras, o a través del "rescate" de creadores locales) fuese la clave en la creación de una identidad joven. El libro se convirtió en industria nacional pujante, a lo que se le sumaron las actividades del Instituto Di Tella (colocando a la plástica argentina en la vanguardia a nivel mundial), el nuevo cine argentino de Leonardo Favio, el boom del teatro realista y el nacimiento del rock argentino (malamente llamado "nacional", según Miguel Grinberg); todas actividades cubiertas por un nuevo periodismo atento, y despierto, para incluir al arte en sus agendas. La creatividad y la originalidad fueron la norma, en tiempos en los que las búsquedas apuntaban a fracturarla. Y en tal sentido, los 60 permanecen, entonces, como un proyecto inconcluso, y es en este hecho donde reside gran parte de su encantoExploraciones subjetivas en torno a los años 60´ y su perenne influencia en el campo artístico, social, espiritual y psicoterapéutico. Fotografías, videos, textos, viñetas y reflexiones. Eje: California, Nueva York, Buenos Aires, Londres. Un blog de Juan Manuel Otero Barrigón
viernes, 24 de enero de 2020
2da reflexión relámpago
En su obra "La década rebelde", Sergio Pujol traza las principales coordenadas del proyecto pedagógico de la época, especialmente en sus concreciones locales argentinas. La “utopía de la infancia”, ligada a la idea de la "gente joven", cristalizó la rebeldía como el auténtico ethos de los años 60. En nuestro país, esto significó que en cada disciplina artística, la información (mediante ideas y obras extranjeras, o a través del "rescate" de creadores locales) fuese la clave en la creación de una identidad joven. El libro se convirtió en industria nacional pujante, a lo que se le sumaron las actividades del Instituto Di Tella (colocando a la plástica argentina en la vanguardia a nivel mundial), el nuevo cine argentino de Leonardo Favio, el boom del teatro realista y el nacimiento del rock argentino (malamente llamado "nacional", según Miguel Grinberg); todas actividades cubiertas por un nuevo periodismo atento, y despierto, para incluir al arte en sus agendas. La creatividad y la originalidad fueron la norma, en tiempos en los que las búsquedas apuntaban a fracturarla. Y en tal sentido, los 60 permanecen, entonces, como un proyecto inconcluso, y es en este hecho donde reside gran parte de su encanto
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