domingo, 2 de febrero de 2020

Taylor Camp, la última utopía hippie

John Wehrheim 163

 Buscando  plasmar las premisas que la contracultura hippie venía pregonando desde hacía algún tiempo, miles de jóvenes se alejaron de las grandes ciudades y formaron pequeñas comunidades en distintos lugares perdidos a lo largo de los Estados Unidos. La idea era vivir al margen de la economía formal y de las reglas sociales vigentes en ese momento. Taylos Camp fue, en esa línea, uno de los experimentos más representativos de toda aquella movida. Un pequeño asentamiento fundado en la primavera de 1969 en la isla de Kauai, Hawaii, que cubría una superficie de 7 acres (2.8 ha) y en su momento de esplendor llegó a albergar a 120 personas. Comenzó con 13 hippies buscando refugio de  la brutalidad policial  por la que habían sido arrestados. Howard Taylor, hermano de la estrella de cine Elizabeth, los sacó de la cárcel y los invitó a establecerse en una propiedad que poseía frente al mar.  Taylor buscaba edificar en el lugar desde hacía rato, pero las autoridades hawaianas no se lo permitían.  Fue así que gracias a este jugada pudo concretar su proyecto.  Ocho años después, el campamento se había convertido en un verdadero pueblo, hecho a la medida de los valores del hippismo. 

Los habitantes de Taylor Camp vivían en casas precarias, construidas debajo y sobre los árboles que se extendían entre la playa y la jungla. Predominaba la vida consagrada al ocio y al disfrute de la naturaleza. Cuando no hacía frío, casi todos andaban desnudos. En relación a esto, Rosey Rosenthal, ex integrante del campamento y luego conductor de radio para ESPN,  argumentaba que en Taylor Camp  la desnudez era simplemente una forma de gozar la vida: "Cuando vives desnudo y comienzas a ver chicas desnudas todos los días, las comienzas a ver como hermanas y no como objetos sexuales. Muchos creen que en Taylor Camp había orgías, pero eso nunca pasaba, o si sucedía era entre un reducido grupo de personas. La mayoría de los habitantes del lugar vivían en relaciones de pareja como en cualquier comunidad de clase media".

Las decenas de personas que llegaron a Taylor Camp encontraron paz, solidaridad y libertad; en absoluto contraste con el hervidero que eran los Estados Unidos de la época (Guerra de Vietnam, redadas policiales permanentes, muerte de los ideales de la década de los 60). Mientras que algunos de los habitantes del campamento   tenían trabajos fijos, otros colaboraban con los residentes de las islas, quienes mantenían opiniones divididas sobre sus vecinos. Ciertos lugareños se mostraban disconformes con el estilo de vida de los hippies de Taylor Camp; donde la desnudez, las drogas y la vida libre "amenazaban" las "buenas costumbres" establecidas, pero otros aceptaban el estilo de vida alternativo que practicaban, y agradecían su buena voluntad para trabajar a cambio de poco dinero. Los niños que vivían y que nacieron en Taylor Camp asistían a la escuela local, incluso lograron que el conductor del autobús escolar incluyera al campamento en su ruta habitual. El lugar contaba con una partera y un doctor que era veterano de guerra. Los alimentos crecían alrededor del campamento y muchos de los habitantes se mantenían a través de la asistencia social o cupones de comida. 

La utopía tuvo una vida intensa, pero igualmente breve. En 1977, las autoridades locales decidieron construir un parque público estatal. Desalojaron el predio y prendieron fuego las casas. Antes de que todo terminara, el fotógrafo John Wehrheim había pasado cinco años en la comunidad, registrando la vida de sus integrantes.Allí pudo matizar su mirada sobre el campamento, que algo distante al paraíso idílico que algunos pregonaban, no estaba exento de las miserias propias de cualquier comunidad humana, incluidos los episodios de violencia y la picardía de algunos para intentar vivir a costa de los demás. A esto se sumaban los inconvenientes derivados del consumo problemático de drogas de algunos de los miembros de Taylor Camp. Tras el desalojo, muchos de los habitantes del lugar retomaron a sus vidas previas a la libertad experimentada allíesas vidas que atravesadas por la vorágine existencial, los sueños de un mundo mejor y la hipocresía del Sistema, los habían impulsado a  escapar de las trampas materialistas de la sociedad de consumo.  

John Wehrheim 163

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Afiche de la película documental de reciente reestreno sobre Taylor Camp. Dirigida por Robert C. Stone y basada en las anécdotas y las experiencias de John Wehrheim.



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